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Obesidad e incapacidad laboral

Actualmente la obesidad se define como una enfermedad crónica multifactorial, resultante de la interacción de factores genéticos y ambientales: sociales, culturales, conductuales, metabólicos y psicológicos. Se caracteriza por un acúmulo excesivo de tejido adiposo o grasa corporal, resultante del desequilibrio entre la ingesta de energía (alimentos) y la energía gastada (tasa metabólica en reposo, ejercicio, metabolismo de los alimentos y otros procesos metabólicos del organismo). En las últimas décadas las tasas de obesidad han sufrido un significativo ascenso en nuestro país, generando un grave problema de salud pública por su asociación a patologías severas, como la enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus, el síndrome metabólico e incluso, una mayor incidencia en determinados tipos de cáncer.

El problema afecta sensiblemente al ámbito laboral, ya que la obesidad, especialmente en su forma mórbida, supone un factor determinante de incapacidad laboral e incluso de dependencia. Los trabajadores obesos presentan mayores tasas de absentismo laboral y de productividad. Algunos estudios revelan que los obesos tienen dos veces más probabilidades de ausentarse del trabajo por complicaciones de salud.

En nuestro derecho laboral la obesidad no se contempla como una forma de discapacidad. Las personas obesas están capacitadas para realizar muchos trabajos y, lo más común en la práctica, es que la incapacidad laboral se reconozca por las enfermedades y complicaciones que se asocian a la condición de obeso.

Grados de obesidad e incapacidad laboral

Los grados vienen determinados por el índice de masa corporal y su asociación a manifestaciones clínicas o complicaciones:

Grado 0: IMC 25-29,9 (sobrepeso). Sin complicaciones asociadas. Analítica con posibles factores de riesgo cardiovascular (dislipemia, hiperglucemia). No comporta incapacidad temporal

Grado 1: IMC 30-35 (obesidad grado II). Presenta complicaciones asociadas en grado leve o compensadas con el tratamiento. La analítica expresa la existencia de síndrome metabólico (hipertensión arterial, hiperglucemia y dislipemia mixta). Presenta alguna complicación en grado leve, como episodios de flebitis aguda, artropatía de rodillas, cardiopatía o síndrome de apnea obstructiva del sueño. Los pacientes pueden estar bien compensados con tratamiento. La capacidad laboral se encuentra limitada en determinadas situaciones, sobre todo en trabajos que requieren ejercicio físico muy intenso. Se contempla la posibilidad de mejoría con la pérdida de peso.

Grado 2: IMC 35-40 (obesidad grado III o <35 con más de una complicación asociada). Escasa respuesta a la dieta o al tratamiento farmacológico. La analítica presenta síndrome metabólico con periodos de descompensación prolongados. Además, se asocian una o más de las siguientes complicaciones: cardiopatía isquémica, vasculopatía periférica, artropatía, síndrome de apnea obstructiva del sueño con regular tolerancia al CPAP y con crisis de descompensación de más de 3 meses al año. También incluye este grado los pacientes con complicaciones derivadas de la cirugía bariátrica: trastorno del metabolismo del calcio, déficit de hierro o vitamina B12, trastornos del ritmo intestinal. En el ámbito laboral comporta limitación para actividades con requerimientos físicos moderados continuados y/o de gran intensidad. Si hay afectación de miembros inferiores (artropatías, insuficiencia vascular) da lugar a limitaciones para trabajos de bipedestación, deambulación en terreno irregular, recorridos de largas distancias. Exposición a temperaturas extremas en miembros inferiores(varices complicadas). Se debe valorar circunstancias especiales del puesto de trabajo como dificultades en el acceso, requerimientos biomecánicos, etc (auxiliares de vuelo, mecánicos, trabajos de andamios, etc).

Grado 3: IMC > 40 o menor con enfermedades asociadas en grado severo sin respuesta a la dieta o tratamiento farmacológico y/o quirúrgico. Pacientes en los que está contraindicada la cirugía bariátrica. Clínicamente presentan complicaciones asociadas en grado funcional III, arteriales (corazón, vasos periféricos, miembros inferiores) y venosas con episodios de ulceraciones con evolución tórpida. Artropatías, complicaciones diabéticas. Presentan limitación para desarrollar una actividad laboral rentable en general o que implique algún esfuerzo físico.

Grado 4: IMC > 50 o bien 40-50 con varias enfermedades asociadas en grado severo. Clínicamente presentan dificultad para desplazarse, limitaciones articulares severas en miembros inferiores, síntomas cardiorrespiratorios a esfuerzos muy ligeros o en reposo. Amputaciones. Pacientes intervenidos con mala respuesta terapéutica o cirugía contraindicada. La analítica indica mal control metabólico o situación de riesgo vascular. Estos pacientes están limitados para realizar cualquier tipo de actividad laboral, requiriendo frecuentemente de la ayuda de otra persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria. Suelen ser subsidiarios de reconocimiento de incapacidad absoluta.

Los programas de salud y bienestar promovidos por las empresas juegan un papel determinante en la lucha contra la obesidad y su repercusión en el ámbito laboral, y deben formar parte de sus estrategias corporativas, estableciendo como objetivo el potenciar estilos de vida saludables en sus trabajadores, promover la actividad física, la alimentación saludable y los cambios conductuales orientados a combatir la sobrealimentación, el tabaquismo y el sedentarismo,